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El sistema binario de Leibniz y el I-Ching


 

 

Gottfried Wilhelm Leibniz

Se le considera uno de los primeros intelectuales occidentales en adoptar ideas de las filosofías tradicionales chinas, gracias en parte a sus amistades personales con misioneros cristianos en China.

Publicó sus propias interpretaciones del neoconfucianismo, concluyendo que Europa haría bien en adoptar una tradición ética confuciana. Los historiadores posteriores vincularían la Monadologie de Leibniz, su obra más conocida y la teoría de que el universo está hecho de un número infinito de sustancias simples, con el pensamiento confuciano primitivo.

Sin embargo, la investigación de Leibniz sobre la filosofía oriental se extendió a períodos anteriores del pensamiento, y escribió extensamente sobre el manual de adivinación del siglo IX, el I Ching.

Inspirado en el I Ching

El manual, atribuido a Fu Xi, se compiló por primera vez durante el período Zhou occidental de China y ofrecía tanto mapas cosmológicos como ideas filosóficas.

Leibniz escribió sobre su propia fascinación por el manual y señaló que los hexagramas del texto se correspondían con los números binarios del 000000 al 111111, argumentando que los autores estaban mucho más avanzados en matemáticas de lo que creían los contemporáneos de Leibniz.

En uno de esos textos, titulado sucintamente “Explicación de la aritmética binaria, que usa solo los caracteres 1 y 0, con algunos comentarios sobre su utilidad y sobre la luz que arroja sobre las antiguas figuras chinas de Fu Xi”, Leibniz analiza el código binario del I Ching, representado como Yin y Yang.

Argumentó que toda la materia puede representarse en secuencias binarias como unos y ceros o, como se expresó en la literatura antigua, Yin y Yang, que él identifica como términos que representan conceptos abstractos polares.

Usando el razonamiento de Leibniz, el I Ching usa un código binario complejo en su formación de hexagramas.

Yin se anota como una línea discontinua mientras que Yang se anota como una línea continua. Luego, estas líneas se usan en un conjunto de tres para formar ocho trigramas, que se combinan para crear 64 hexagramas, o formas de materia más grande.

Al ver la representación binaria en los textos antiguos, Leibniz se vio obligado a continuar con su propia escritura de sistemas binarios. Esto, a su vez, se convirtió en el lenguaje de la informática moderna que todavía se usa en la actualidad, vinculando así un texto de 5000 años de antigüedad con la formación de la era digital.

 

Traducido de: https://www.inverse.com/article/46593-gottfried-wilhelm-leibniz-i-ching-binary-system

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